Glorificar al Hijo

GLORIFICAR AL HIJO
Continuación de nuestra serie: COSAS QUE AGRADARON A DIOS

Abrimos nuestras Sagradas Escrituras —o las encendemos a los que la leen de manera electrónica—, esta vez en Colosenses 1:19, en donde leemos:

«por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud.»

En 2:9 leemos: «Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad«. En la asamblea de Colosas habían problemas doctrinales, si bien es cierto que el apóstol Pablo no señala abiertamente qué herejías o las describe explícitamente a las que se oponía, o a los grupos que las promovían, pero es indudable que toda la epístola es un tratado de apología en donde hace una demostración de la supremacía del Señor Jesucristo, al menos en su parte doctrinal [esa es una forma de escribir de Pablo, divide sus epístolas básicamente en dos, a saber, una doctrinal y otra práctica]. Podríamos pensar básicamente en las siguientes herejías que Pablo ataca acá, a saber,

  1. El ritualisno. Estaba basado en reglas estrictas de comida o bedida y festividades religiosas (2:16-17) y la circunsicion (2:11;3:11). Indudablemente era promovido por judaizantes.
  2. El ascetismo. Enseñanzas como no manejes, ni gustes, ni toques, (2:21). Vemos con esto la presencia del gnosticisno.

De manera que el enemigo para atacar a la iglesia en Colosas tuvo dos frentes, a saber, a los judaizantes y el gnósticosmo. El problema de atender a las falsas doctrinas es muy evidente, vemos qué provocó:

  1. Adoración de ángeles. (2:18). En esto también vemos la influencia de lo gnósticos o también de alguna facción de unos judíos que creían que los ángeles eran mayores que el Mesías (ataque que hizo en Hebreos). O, probablemente, judíos helenistas bajo la influencia de los gnósticos. Si solo una es dañina, imagínese mezcladas.
  2. Menosprecio de Cristo. (1:15-20; 2:2-3, 9). Claramente es la consecuencia de la entrada de aquellas dos ideologías que se habían metido. Y es de entender el porqué en toda su epístola habla de la supremacía del Señor Jesucristo.
  3. Ciencias ocultas. (2:18; 2:2-3). Note el énfasis de Pablo de Pablo en exaltar a Cristo en 2:2-3, o sea que crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (2 Pedro 3:18), es lo más sano. Los gnósticos creían poseer conocimientos profundos y se jactaba de ello. Probablemente a eso se refiere la expresión: las profundidades de satanás de Apocalipsis 2:22; y, también,
  4. Confianza en la sabiduría y las tradiciones humanas. (2:4,8).

Esto que le agrado al Padre de glorificar al Hijo, no se refiere a una decisión del Padre, en un momento determinado, en darle al Hijo algo que no tenía, es más bien la idea de reconocimiento, de respaldo, de testimonio, de hablar bien. El Padre, durante el ministerio terenal del Señor Jesucristo, habló por lo menos tres veces y ahí testifica del Hijo, pormenoricemos esto:

  1. En su bautismo. Mateo 3:17: Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. Oportuno el testimonio de Juan el bautizador, del Señor Jesús, de Mateo el evangelista, del Espíritu Santo, y muy oportuno el testimonio del Padre Celestial. Porque muchos llegaban a bautizarse, muchos hombres los hicieron, muchos, probablemente con el mismo nombre, pero solo sobre uno descendió el Espíritu Santo y solamente sobre uno solo es que se escucho la voz del cielo. Y debido a este uno, el Espíritu Santo ha descendido sobre muchos, uniéndolos en un cuerpo, bautizándolos, sellándolos.
  2. En la transfiguración. Mateo 17:5: Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd. El Padre remite aquí todo asunto de administración del Reino al Hijo, los asuntos del gobierno —es el Rey—, de juzgar —es el Juez— y salvar —es el Salvador— léase Hechos 17:30-31 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.
  3. Y en otra época no especificada. Juan 12:28 Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez. No fue una voz de cualquier hombre que le rodease, pues los hombres opinaban que había sido un trueno, pero reconocían que era sobre humana la voz, sobrenatural, pues decían un ángel le habló (v. 29), aunque entendíble al humano, probablemente en arameo. No fue ininteligible la voz porque era precisamente por causa de los hombres que vino este testimonio (v. 30). El Señor sabe quién es, sabe del acuerdo en la triunidad, pues el mismo dijo: Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último (Hebreos 10:7-9). Y tan es para nosotros que En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre (v. 10).

En torno al Señor Jesucristo siempre han habido ideas que son ajenas de las Escrituras. Algunos enseñan que el Hijo se encarnó en el cuerpo de Jesús y es como Jesús llegó a ser divino. Algunos consideran que se dio en el momento de la concepción o el nacimiento, basados a Isaias 9:6 y otros que fue en su bautismo. Otros que fue solamente un profeta, un humano más, especial eso si, pero humano, en fin, muchas ideas. ¿Cuál es la mejor? No es necesario buscar la mejor opinión entre los hombres, ni mucho menos hacer una opinión ecléctica, mejor creamos a La opinión, la que vale, de Quien lo conoce, la que Dios el Padre ha dicho de él. No es que el Hijo vino sobre el cuerpo de Jesús y lo posicionó, Él es Dios, desde el siglo y hasta el siglo, leemos lo que el Padre dice en este respecto: Mas del Hijo dice:Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino (Hebreos 1:8). Está claro que es un profeta pero, no uno más dentro del honorable ejército de profetas que el Señor mandó delante de él para aparejarle el camino, sino que es El Profeta que habría de venir (Deuteronomio 18:15,18) y que los judíos entendieron muy bien (Juan 1:21; 6:34; 7:40). O sea que si alguien se pierde no es por falta de evidencia o falta de testimonio, ni de comprensión, sino por su necedad en el pecado. ¿Que fue un hombre especial? No lo dudo y lo afirmo, ¡claro que si! Nunca escribió un libro, pero se han escrito millones sobre él; no fue un militar ni estratega, pero se ha llenado el mundo de sus ideas revolucionarias, es llamado apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión (Hebreos 3:1); es el Maestro, el Príncipe de los Pastores, el Pastor de las ovejas, es el gran evangelista. De manera que sí fue y sigue siendo excepcional, aún me deja estupefacto su personalidad, su amor, su misericordia, su firmeza. Me admiran las profecías cumplidas en torno a él, bien dice la profecía misma que es Admirable (Isaias 9:6). Fue un hombre muy por encima de cualquiera que haya existido. Más que Salomón (Mateo 12:42); que es Señor de los días y del día de reposo especialmente (Mateo 12:8); que aun los vientos y el mar le obedecen (Mateo 8:27); y no digamos de los espíritus inmundos (Marcos 1:27). ¿Que si me ofendo cuando un ateo o un musulmán u otro que diga de mi Señor y Dios que fue un hombre excepcional? No, glorifico a Dios que ellos reconocen eso pues las Escrituras no son ajenas a ello. Fue un hombre y fue muy excepcional.

Pero las Escrituras son claras tambien en registrar sus palabras en la profecía y en su cumplimiento, pues leemos en la profecía en Salmos 40:6-8 Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no has demandado. Entonces dije: He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón. Y el Espíritu Santo lo toma en Hebreos 10:5-7 reconociendo que fue una profecía respecto al Hijo. También leemos que Dios fue manifestado en carne (1 Timoteo 3:16) y también leemos: Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y esto fue necesario, pues fue para librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre (v.15), pues solamente así fue que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos (Hebreos 2:9).

Fue necesario, pues en la condición de Dios no se le podría hacer daño alguno y que gustase la muerte, al manifestarse en carne, también se manifiesta en debilidad, es decir, se hace susceptible al daño, Pablo nos enseña esto al decir: *Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios(…)* (2 Corintios 13:4, entre paréntesis añadido). Así fue como se ofreció mi Señor y Dios.

Pero también testifican las Escrituras de su glorificación después de su humillación, inspira el Espíritu Santo, por pluma del apostol Pablo: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:5-11).

No puedo testificar de él sino lo que ya testificó de él el Padre y el Espíritu Santo, entonces, como dijo la sulamita: Tal es mi amado, tal es mi amigo, oh doncellas de Jerusalén (Cantares 5:16).Y yo diría: Él es a quien ama mi alma, y vosotros debéis de amarle, debéis de honrarle, debéis obecederle, debéis de creerle, debéis de buscarle, de las cuales cosas, si os guardáis, bien haréis. Pasadlo bien.

¿Caminamos caminante?
Suyo en Cristo Jesús, su hermano y amigo, Erick Solís Girón.

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