Salvar a los creyentes

SALVAR A LOS CREYENTES
Continuación de nuestra serie: COSAS QUE AGRADARON A DIOS

Abrimos nuestras Sagradas Escrituras, esta vez en 1 Corintios 1:21, leemos en el Nombre de nuestro Señor Jesúcristo:

«Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.»

Para nosotros los cristianos vemos el sacrificio de Cristo con gran gozo, he dicho que los sufrimientos de Cristo tienen un sabor agridulce, porque es dulce para nosotros, sustentador, grato, agradable pero eso no quita que fue agrio y doloroso para el Señor. Pero no todos tienen la misma opinión, especialmente los no salvados. Pablo acá nos habla de dos sabidurías, a saber, la de Dios y la del hombre.

Mediante la sabiduría. Indudablemente se refiere a la sabiduría del hombre, a su conocimiento, que no negamos que es un conocimiento muy amplio. Si bien no ha conquistado todo el océano, pero ha descubierto una muy buena parte de ello, del espacio, del planeta. Se ha creado disciplinas para que se conozca a sí mismo. Pero no conoció a Dios. Hay una revelación natural de Dios y esta la hace Dios en la naturaleza, Pablo nos enseña en Romanos 1:19-23: porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Leemos que conocieron a Dios, es decir, tuvieron un vislumbre de su gloria, lo malo es que no tomaron la actitud correcta de adoración, entrega, honra a Dios, sino que se quedaron estupefactos con la creación y no fueron capaces de reconocer al Creador, y empezaron a adorar a la criatura antes que al Creador. Esto produjo que Dios mismo los entregara, es decir, en una sentencia judicial divina, Dios los abandonó (v. 24), puesto que se inventaron sus dioses y religiones. Es que igualmente el Señor espera que el hombre le busque como leemos en Hechos 17:26-27: Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.

Pero no lo buscó y se empecinó en adorar a cualquier cosa que encontrase. Los hombres vieron a Dios, reconocían su obra ahí, pero no habían aprendido a conocer a Dios aunque estaban rodeados por muchas evidencias de su sabiduría divina en las grandiosas obras de la creación. Esto no fue solamente el hombre pagano. Pero la revelación natural de Dios, es decir, la revelación de su poder y deidad en la creación, no es suficiente para su salvación.

En su amor y compasión por la humanidad perdida, Dios proclamó la gloriosa nueva de la salvación por la fe en Cristo. Esa es buena noticia, buena nueva de salvación, ese es el evangelio, pero en lo que los creyentes encontramos gran satisfacción, no todos tienen la misma opinión. Es la forma que Dios eligió para la redención del hombre, pero es lo que los hombres no redimidos desprecian. Vea el criterio que los hombres tienen del evangelio —el centro del evangelio es que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero, como dijo Pablo— los hombres perdidos, dice Pablo: Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios (1 Corintios 1:18); y en el versículo 23: pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura.

Para los judíos es tropezadero porque no pueden entender de cómo alguien que es declarado un maldito puede salvar a otro —y de hecho, muchos judíos siguen pensando así— ellos dicen a los cristianos ustedes creen en un maldito, porque Deuteronomio dice en 21:23: no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad. No tenemos más que afirmar que si, es cierto lo que dice el Señor en Deuteronomio, pero el Señor no murió siendo el mismo una maldición sino por cargar con la maldición de todos los malditos, esto es, a saber, nosotros, de los cuales yo soy el primero. Vea qur el día del juicio declarará a los perdidos: Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles (Mateo 25:41), los perdidos son llamados malditos o fuera de la bendición de Dios que es la salvación. El no murió como un delincuente (Deuteronomio 21:22) pero si por todos los delicuentes, todos aquellos que violamos la ley de Dios. El apóstol Pablo es bien claro en este respecto en Gálatas 3:13: Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero; también leemos que fue hecho pecado (2 Corintios 5:21); fue el mejor canje que alguien nos pudiese ofrecer, el inocente por los culpables, la bendición por los malditos, la santidad misma por los que éramos abominación, Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él —dice el texto.

Pero para los griegos es una locura. ‘Es ilógico —dicen— no puede ser’ porque están acostumbrados a pensar otra cosas de sus dioses. Sus dioses no hacen eso. Sus dioses no vienen a humillarse por el hombre, sino a servirse de los hombres. Se dice que Zeus bajaba a adulterar y a engendrar hijos en las humanas —el mito de Hércules obedece a esa creencia—, era adúltero, golpeador de Era, su mujer. Bajaban a emborracharse —como Baco, de donde viene la palabra bacanal—, ente otras ideas. ‘Y ustedes los cristianos —nos seguirían diciendo— ¿vienen a decirnos que su Dios vino a morir por ustedes, a sacrificarse por ustedes, a salvarlos, el vino a morir? Por eso que se burlaban de los cristianos.

Pero en lo que ellos llaman locura —boberia, absurdo, insensatez, la idea en griego— o el tropezadero o una trampa, es lo que le agradó —o es lo que aprueba y le da gran complacencia, en el griego— a Dios usar para salvarnos y en ello encontramos gran complacencia los salvados, es nuestra gloria y no una vergüenza, como está escrito: Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo (Galatas 6:14).

Mientras tanto, ¿Caminamos caminante?
Suyo en Cristo Jesús, su hermano y amigo, Erick Solís Girón.

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