¡Es hoy, hoy, no mañana!

¡Es hoy, hoy, no mañana!

Le invito a que leamos en nuestras Sagradas Escrituras en Romanos 13:11-14:

«Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.»

Se dice que Albert Einstein dijo: «Cuando pienso en el futuro, siempre viene demasiado tarde». Pero Pablo deja a sus interlocutores con el contundente ‘es ya hora’, basta el tiempo perdido, es ya hora, porque es ahora, es hoy, hoy, no mañana.

Vemos unas acciones que debemos de tener. Inicia diciéndonos y esto, es una consideración, algo que debemos de tomar en cuenta, que en el contexto anterior es el amor al prójimo, la deuda que siempre debemos de tener y procurar pagar, y una vez pagada va lavamos a considerar que seguimos en deuda para procurar pagar y así, sucesivamente, hasta nuestra el fin de nuestro caminar; esa deuda que hará que paguemos lo que debemos, que hará que procuremos no hacerle daño al prójimo que, en todo caso, sería el resumen del capítulo que trata de los deberes hacia los demás.

Otra consideración, conociendo, teniendo entendimiento, comprensión, conocer de primera mano; los creyentes no debemos ser sorprendidos por los acontecimientos, no nos lo deben de contar otros, debemos ser entendidos en los tiempos. En 1 Crónicas 12:32 se nos dan unos beneficios de ser entendidos en cuanto al tiempo: De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos, a saber: Saber lo que debe hacer el pueblo y que a ese dicho o consejo vamos a seguir, o instruir a los demás.

Y luego sigue a las consideraciones la acción, al conocimiento le debe seguir el poner por obra, de la cabeza debe bajar al corazón para su ejecución. Esto es, levantarnos ya del sueño, del letargo, de la modorra espiritual, que salir del espíritu de estupor. Las Escrituras nos testifican una y otra vez que debemos estár alertas, de estar velando y orando. Los creyentes debemos estár en una continua vigilancia. Los que duermen cuando deben vigilar son los que se embriagan (1 Reyes 20:16) pero estos no son salvos, no tienen el deber, no se les ha dado tal mandamiento, los creyentes si. ¿Ya se despertó del sueño o sigue durmiendo? Vea lo que sucede al rededor y entienda que es hoy, hoy, no mañana, en que debe velar y en que debe avanzar.

¿Caminamos caminante?
Suyo en Cristo Jesús, su hermano y amigo, Erick Solís Girón.