RESISTENCIA A SATANAS
RESISTENCIA A SATANAS
Continuación de nuestra serie: HOMBRES DE POCA FE
Le invito a que abramos nuestras Sagradas Escrituras en Mateo 17:20 en dónde leemos la Palabra de Dios para nosotros:
«Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.»
Aunque no utiliza la expresión que dió origen a nuestra serie HOMBRES DE POCA FE, pero la hemos incluído, pues hace referencia a la poca fe en los discípulos.
De esta reprensión al menos se salvaron Pedro, Jacobo y Juan, estoy seguro de ello pues estuvieron en el monte cuando se dió la transfiguración (v.1) y cuando llegaron al gentío un hombe se acercó a él y pidió por su hijo que es lunático e indicó que se lo había llevado a sus discípulos pero no pudieron echarlo (ves.14-16). Pedro, Jacobo y Juan tuvieron su respectiva represión, pero en esta tampoco se escaparon pues, no cabe duda, tenían la misma falencia que sus demas compañeros.
No estamos muy ciertos si las expresiones del versículo 17 fueron al gentío o a los discípulos o, lo más seguro, a ambos, eran generación incrédula y perversa o torcida. Pero si refleja muy bien al pueblo judío y gentil de aquel tiempo y de todos los tiempos: incrédulos y perversos. ¿Hasta cuándo os he de soportar? u os he de tolerar. Es que el Señor está muy interesado en la salvación del alma, pero para sanar les espiritualmente es necesario que sea entregado en manos de hombres.
Pero los discípulos, admirados, asustados y desilucionados ante la impotencia que habían manifestado de presentar resistencia a satanás, pidieron en privado una explicación al Señor. Su respuesta fue directa: falta de fe. No pide mucho el Señor sino una fe como un grano de mostaza —cietamente la más pequeña de las semillas (Mateo 13:31-32)— entonces, les dice, podrían mandar a un monte que se arrojase al mar, y sucedería.
El Señor está utilizando una figura de dicción que se llama hipérbole, es decir, los discípulos con una fe pequeña pueden hacer y soportar cosas grandes que en un estado natural no podrían soportar. La verdadera fe no se basa en las cosas espectaculares y hazañas personales, sino en la palabra de Dios (Romanos 10:17). Esperar o presumir hacer algo así encuadraría en un pecado de presunción. Pero si Dios conduce a un creyente en una determinada dirección o le da un mandamiento, este creyente puede tener una total confianza en que las dificultades más enormes —los solos más grandes— serán milagrosamente removidas, «pues nada es será imposible».
Tiene que ver, entonces, en cuan fortalecida está nuestra incipiente fe.
Continuará, Dios mediante.
¿Caminamos caminante?
Suyo en Cristo Jesús, su hermano y amigo, Erick Solís Girón.
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