Cuídate de quién te rodea

CUÍDATE, DE QUIÉN TE RODEA
Continuación de nuestra serie: CUÍDATE

    Leemos nuestra advertencia de hoy en Miqueas 7:5. Leamos las Sagradas Escrituras:

«No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca.»

     En una lectura superfecial del texto, parecería que debe cuidarse de todos incluso de la esposa, ¿Querrá fomentar la desconfianza en nuestro cónyuge el profeta o, más, Dios? ¿Será mejor estar aislados completamente de nuestros semejantes? ¿Prohibe el Señor las relaciones de amistad y buen trato con el vecino, ni de nuestros príncipes?

     Miqueas está describiendo el efecto de haber abandonado a Dios, los hombres se han apartado de Dios, han querido sacar de la escena a Dios… Corrijo, han pretendido dejar fuera a Dios y solamente han conseguido su maldad y apresurar así su destrucción, aumentando su maldad, atesorando para sí mismos ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios (Romanos 2:5). Al dejar a Dios y su Palabra han dejado a Quien define y regula la moralidad, el deber ser del hombre, al concepto mismo de la perfección. Dios, como creador, se ha reservado para sí mismo, las prerrogativas de cómo deben vivir los hombres. Y, al estaleblecer sus normas, siempre, siempre es para nuestro bien, solo imagínese en lo sexual, cómo está la sociedad que cada vez más es una suciedad, embarazos no deseados, niños y mujeres abandonadas, abortos, matrimonios desintegrados, adulterios y fornicaciones por doquier, homosexualismo y enfermedades venereas habidas y por haber, y eso que tenemos el mandato: No adulterarás o no fornicarás; ¿Ya se dió cuenta que sus mandamientos siempre son para nuestro bien, para cuidarnos a nosotros de nosotros mismos. Pero el hombre en su necedad ha dicho: rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas (Salmo 2:3). Las ligaduras es aquellos que nos ata a Dios y sus cuerdas es el área limítrofe en dónde el hombre tiene autoridad sobre lo que es su propiedad, es decir, lo que los hombre no quieren es que el Señor no tenga autoridad sobre ellos. Quitando a Dios se sentirán libres de vivir como ellos quieran.

     El asunto es que, no está en juego el asunto de la adoración a Dios, sino la destrucción de los hombres por ellos mismos, antes de ser condenados por Dios. Eso es lo que describe el profeta Miqueas y no solamente él, vea como el profeta Amós describe los días antes del día de Jehová, como el que huye de delante del león, y se encuentra con el oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra (Amós 5:9); el apóstol Pablo dice que Dios los abandona, por cuánto no quisieron tener nada con Dios. Leamos Romanos 1:24: Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, tambien el versículo 26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza; y, además, el versículo 28: Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen. Tres veces se repite que Dios los entregó, pero no es que Dios se complace en la maldad, ni que sea el autor de ella, ni mucho menos que de manera arbitraria entregué al hombre al pecado; es, más bien, una sentencia divina por el abandono del hombre y, si Dios abandona al hombre, el hombre solamente se destruirá a sí mismo. No solamente lea los versículos citados de Rormanos 1, sino todo el capítulo y verá que la destrucción del hombre por el hombre es debido a que los hombres, cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles; y tambien: ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. (V.25); Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen (v.28); por eso están atestados de maldad y perversiones.

     Veamos el contexto de Miqueas y se dará cuenta que es así, en aquella sociedad y pareciera que estuviese describiendo la sociedad actual en lo político, social y religioso, inclusive; de hecho, describiría a toda sociedad que se aparta de Dios y pretende dejar fuera a Dios de sus vidas para que él gobierne. Miqueas se presenta como quien va a buscar frutos después de que se han recogido los frutos y no hay nada y rebusca y solamente encuentra espinos, con hambre el profeta me pareciera oírlo gritar: ¡¡¡¿Dónde están los justos? ¿Dónde está los frutos?!!!!!! Esta figura se entiende al leer el versículo dos. Mi alma deseó los primeros frutos, dice en el 1 y luego sigue afirmando en el versículo 2: Faltó el misericordioso de la tierra, y ninguno hay recto entre los hombres; ¡no puede ser! ¡dice que faltó el misericordioso! La palabra hebrea para afirmar que faltó significa que este se descarrió, significa perderse, corromper, hacer fenecer. O sea que la maldad del momento lo alcanzó al descuidarse, su amor se enfrió ante la maldad, eso también lo advirtió el Señor Jesús en Mateo 24:12, como señal de los últimos tiempos que *por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará*. Al contrario, todos acechan por sangre; cada cual arma red a su hermano; ya no hay fidelidad, ni misericordia, ni rectitud entre los hombres al haber abandonado al Señor, todas las mañanas preparan sus manos para hacer más maldad (v.3). Tanto en el ambito familiar, los esposos contra sus esposas, y viceversa; los padres contra los hijos y estos que aprenden muy bien, se vuelven necios, porque aborrecen y deshonran a sus padres, no solo de niños sino de ya hombres o adultos (Proverbios 10:1; 15:20). Vea el ámbito social, político y religioso, dice que Para completar la maldad con sus manos, el príncipe demanda, y el juez juzga por recompensa; y el grande habla el antojo de su alma, y lo confirman. Pareciera que estuviéramos viendo el que hacer de nuestros gobiernos, nuestras sociedades y muchos líderes religiosos y que se presian de verdaderos y honestos. Políticos con condenas o con denuncias, pero se postulan para ocupar cargos públicos y hablan al antojo de su alma y, sus partidarios y secuaces, lo confirman; hombres con conductas irreverentes son los consejeros denteondebelos y dictan las formas en que deben de vivir los hombres, los anormales pretendiendo que su anormalidad se normalice —se haga norma, porque nunca será normal— para que los normales caigamos también en su anormalidad.  Si búscamos, dentro de estos que quieren sacar a Dios del juego, si búscamos a alguien bueno, lo mejorcito —diriamos aquí en Guatemala— es como el espino y como el zarzal, o sea, no tiene nada bueno, sino siguen siendo espinas que hacen daño.

     Una sociedad así, que cayó en el juicio del abandono de Dios, solamente esperan la ejecución de su sentencia. Pero mientras hay vida, hay esperanza. El profeta dice que faltó el misericordioso y el recto, pero si los hay, Miqueas es uno de ellos (v.7). Este cuadro el profeta presenta como los días del fin, antes del juicio del Señor a todos los malvados, entonces será cuando el remanente escogido de Israel se vuelva al Señor (v.19-20). Entonces si abran misericordiosos y rectos. Pero en este tiempo, cuando la maldad impera, la impiedad, y por lo tanto la inseguridad del hombre contra el hombre, sí hay misericordiosos y rectos ante el Señor, ¡Si los hay, si los habemos! Pablo en Romanos 1 nos habló del abandono de Dios cómo sentencia, al decir que Dios los entregó, pero afirma también que Dios nos ha entregado a otros a una doctrina, tampoco lo hace de manera arbitraria pero aquí si lo hace porque es el autor de la justicia, la expresión de la santidad por excelencia, leámos en  Romanos 6:17-18: Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. Nosotros, otros pecadores, tampoco éramos de fiar, tambien fuimos aborrecedores de Dios y demás pecados (Romanos 1:30) y aborrecedores de lo bueno y también abrazabamos otros pecados (2 Timoteo 3:3), éramos esclavos del pecado, dijo Pablo, pero habiendo obedecido a la doctrina fuimos entregados a la misma; aquí se refiere al evangelio, a lo que Dios ha hecho por los hombres a efecto de que sean justificados con Dios, pero es necesario perseverar en esa doctrina. Entonces si hay justos, si hay misericordiosos que han sido objeto de la misericordia de Dios, si hay rectos o personas que ajustan sus vidas a la rectitud, al derecho, a las normas de Dios. Estos no se deben esconder. Está tan pervertida la sociedad que, otro los hombres se escondían para hacer sus depravaciones (Efesios 5:12), ahora ellos lo hacen a la luz pública y quieren avergonzar a los que obran rectamente, pretendiendo presentarnos cómo los malos. Ya lo dijo Miqueas, hablan el antojo de su alma, y lo confirman; pero debemos presentar la justicia y representarla también. La presentamos con palabras y la representamos con nuestras vidas.

     ¿Caminamos caminante?
     Suyo en Cristo Jesús, su hermano y amigo, Erick Solís Girón.

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