Cuídate de los falsos profetas

CUIDATE, DE LOS FALSOS PROFETAS
Continuación de nuestra serie: ¡CUIDATE!

     En las Sagradas Escrituras encontramos mandamientos, consejos y advertencias, hechos con amor. Nuestra siguiente advertencia es dada por el Señor Jesús y se encuentra dentro, de lo que se considera, su primer sermón, el sermón de las bienaventuranzas. Así como Moisés dió el Decálogo —por ordenanza del Señor y que son  ordenanzas del Señor, no de Moisés— justo cuando Israel es sacado de la esclavitud para iniciar su nueva vida. El Señor también da sus leyes para iniciar la nueva generación, la nueva vida que habrían de llevar los creyentes en él y participantes de su Reino, no son las únicas, habría de darnos más indicaciones de cómo habríamos de vivir los suyos. Estás ordenanzas son una reinterpretación de la ley, que los judíos habían tenido falencias en cuanto a la norma y habían perdido el espíritu de la misma. Consideremos la Palabra de Dios y nuestra advertencia del día de hoy:

«Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.» (Mateo 7:15)

     Básicamente el Señor nos advierte y nos indica cómo reconocer a los falsos profetas.  Un profeta es uno que hablaba en nombre de Señor (Deuteronomio 18:20), por eso se les llamaba también «Varón de Dios». Un falso profeta es uno que pretendía hablar en nombre del Señor, es bien práctico reconocerlos, pues si no se cumplía la profecía sería tomado como tal, o si se cumplía alguna señal pero su mensaje los aleja de Señor (Deuteronomio 13:1-3), tampoco habrían de temer a tal profeta.

     Acá, el Señor nos da los parámetros del mensaje de estos falsos profetas, nos describe su naturaleza, sus frutos y su destino.

     En cuanto a su mensaje es todo lo opuesto a la puerta estrecha, sino que es el espacioso camino. No aman el evangelio, no quieren comprometerse con lo que cuesta seguir a Cristo, no quieren pagar el precio del discipulado, no quieren tomar su cruz, quieren las bendiciones que trae la cruz, pero no el tomarla y cargarla, Pablo dijo que no sufriran la Sana Doctrina o no la soportan o la toleran. La puerta estrecha y el camino angosto nos denota la idea de una caminar que no se puede hacer de manera holgada, hacer lo que quiera, ‘andar a sus anchas’ diríamos coloquialmente, lo que si se puede hacer en la puerta ancha y el camino espacioso. Estos falsos maestros ni han entrado al evangelio y, con sus mensajes livianos, ni de dejan entrar a sus oyentes. Tal cual en la época de Jeremías, según está escrito:  Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz (Jeremías 6:13-14), pero no había excusa porque el pueblo debía de buscar y andar por la senda antigua (v.16). Por su oposición a la justicia merecen la ira de Dios sobre ellos Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad (Romanos 1:18, Cp. 1 Tesalonises 2: 15-16).

     Tambien son reconocidos por sus frutos. Su justicia es de apariencia. Por el título mismo de parte del Señor es que sabemos que no son genuinos ‘falsos’, obvio, no verdaderos. Lo de ovejas se queda en vestido pero por dentro son lobos rapaces; el apóstol San Pablo dijo que  tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita (2 Timoteo 3:5).  Y también nos revela el Señor el trato que recibirán estos y es nunca os conocí; apartados de mí, hacedores de maldad (Mateo 7:23), a pesar de sus mensajes llenos de liviandad —dijo el profeta Jeremias—.

     Ahora bien, la advertencia a nosotros es tanto examinarnos a nosotros mismos, para que al edificar y vengan la lluvia, los ríos y los vientos, entonces tengamos el resultado esperando, que vea el Señor y diga: No cayó (Cp. Mateo 7:24-27); ese edificar aquí no es el llamado a trabajar en su obra, sino a la edificación de nuestras vidas en Cristo, es un llamado al verdadero discipulado. Y ahí mismo está la protección, el discípulo siempre oye a su Maestro, la oveja siempre sigue a su Pastor, el esclavo siempre obedece a su Señor, el subdito siempre quiere agradar a su Rey. Es por eso que es preciso que seamos prudentes, oír las palabras del Señor y hacerlas y seguir edificando sobre la Roca, la cuál Roca es Cristo (1 Corintios 10:4); y no ser un insensato, pues estos solamente recibirán ruina y gran vergüenza. Solamente Cristo Jesús es el fundamento autorizado por el Padre y en Él estamos seguros al tener nuestro pie en él, en su obra, en su justicia y ser hallados en Él (Filipenses 3:9). Al oír y hacer y edificar en Sus palabras le da seguridad también, no solo de no dejarse engañar, sino que tambien en convertirse con cazador de sus adeptos, ni promotor de sus ideas. Porque sabe lo que es bueno, lo que es sano. Los cajeros de los bancos se especializan, no en el billete falso, aunque los estudian para denunciarlos, sino en el original y conociendo el billete original, es más fácil detectar al falso. Estudie las palabras del Señor, acuda a dónde se estudian sus palabras y esto todos los días. Y crezca en ello.

     ¿Caminamos caminante?
     Suyo en Cristo Jesús, su hermano y amigo, Erick Solís Girón.

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