Cuídate de lo que das

CUÍDATE, DE LO QUE DAS
Continuación de nuestra serie: ¡CUÍDATE!

     Buscamos en nuestras Sagradas Escrituras el santo Evangelio según Marcos 4:24, en dónde leemos:

Les dijo también: «Mirad lo que oís; porque con la medida con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís.»

     Mirad, literalmente es guardar, ver diligentemente, y da la idea de vigilar, de estar alerta ante un peligro real e inminente. Y también de considerar, de fijarse, de prestar mucha atención. De esa cuenta es como puede traducirse tanto como: Cuidaos de lo que oís (LBLA), o fíjense en lo que oyen (DHH), o también: presten mucha atención a lo que oyen (NTV), y una más y muy interesante: tengan cuidado de entender lo que oyen. Y lo que se nos manda ahora es a considerar las palabras que se oyen. Marcos nos dice: «Mirad lo que oís», y Lucas, «Mirad cómo ois» (Lucas 8:18). Es asunto de prestar atención para obedecer, sean las palabras como a quién vamos a oír para obedecer. No cabe duda que se refiere a lo que está a punto de declarar el Señor. A ese principio de vida que debe tener todo discípulo de Cristo. La aplicación es muy obvia, debemos oír siempre al Señor en este tema y todos sus temas, todo lo que tenga que decirnos, sea él mismo o a través de sus emisarios cómo el apóstol Pablo, por ejemplo (2 Corintios 5:20), o el apóstol Pedro o lo que se nos manda en todas sus Sagradas Escrituras, pues estás dan testimonio de mí, dijo el Señor Jesús (Juan 5:39) y son útiles (..) para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (2 Timoteo 3:16-17, entre paréntesis añadido).

     En este pasaje específico, lo que él Señor nos manda es a considerar lo que vamos a dar, a tener misericordia, a dar bondad, amor, perdón. Dice aquí la medida con que medis, en Mateo 7:2 es tanto juicio cómo medida. Considere también San Lucas 6:37-38 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. La medida que damos es la que recibiremos y más, dice que es una medida apretada, remecida y rebosando. Esto da la idea de remecer nuevamente un saco de granos, es mover reiteradamente ese saco, es hacer presion interna al saco para que le quepa más y luego se lo sacude y golpea de nuevo el mismo saco lleno contra el suelo, para que haya más espacio y quepa más trigo, por ejemplo.

     Si es generoso al dar, le volverán a dar y si retiene, aún lo que tenga se lo quitarán. Si da injusticia eso recibiremos y en medida rebosada (Cp. Colosenses 3:17, 23-25) porque la injusticia engendra injusticia. La parabola de los dos deudores de Mateo 18:23-35 nos ilustra muy bien este principio. De tal manera que podemos dar misericordia y perdon. O negar el perdón y la misericordia.

     Ahora bien, apliquemos todo esto a nuestro ministerio. ¿Qué da? Da palabra de Dios, usted ya tendría la bendición de lo que tiene, el conocimiento de la palabra de Dios, esa cercanía a su Dios al momento de prepararse para el ministerio en oración, lectura y devoción al Señor; y al dar a su congregación lo que tiene, se le añadirá más bendición de la que tiene y el Señor se encargará de darle más; pero si retiene aún lo poco que tiene se le será quitado. Así es que a prepararnos.

     ¿Caminamos caminante?
     Suyo en Cristo Jesús, su hermano y amigo, Erick Solís Girón.

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