¡SI SE PUEDE, SI SE PUEDE!

¡SI SE PUEDE, SI SE PUEDE!
Continuación de nuestra serie: ¿CÓMO DESEA PASAR PASAR A LA HISTORIA?

Citamos nuevamente a nuestros personajes en Filipenses 4:2, de quienes nos hemos dado cuenta que han pasado a la historia y lo han hecho con un dato negativo, no obstante haber tenido buenos momentos positivos, de ellas leemos:

«Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor.»

Se cuenta la historia de un hombre multimillonario, quien una mañana se encontró frente a la noticia de su propia muerte, resulta que la prensa de su ciudad había confundido su muerte y en su obituario se leía: «Muere el mercader de la muerte» y otros lo llamaban: «El especulador de la guerra». Resulta que era un inventor y había perfeccionado los componentes de lo que hoy es la dinamita, artefacto que al principio sirvió para el progreso, pues cuando hacían un camino nuevo o donde había de pasar el tren o el medio de movilizarse de la época, y se encontraban con una roca, le colocaban un artefacto explosivo y continuaban los trabajos. Pero se dieron cuenta que uno de esos artefactos podría causar grandes daños en el hombre, entonces veía a los países que estaban en guerra y les ofrecía su producto y así fue como fue haciendo su gran fortuna.

Esa mañana, luego de leer de la forma en que sería recordado si fuese su deceso ese día, se preocupó sobre cómo habría de pasar a la historia, se inspiró a cambiar la historia, su historia. Entonces se propuso en premiar a todo aquel que sobresaliese en alguna rama de la ciencia o en mejora de la humanidad o en procurar la paz entre los pueblos y legó su fortuna para tal efecto después de su muerte. Instituyendo unos premios. Fue tal el rumbo de su historia que el día de hoy al mencionar su nombre y apellido, no pensamos ni en guerra, ni en muerte ni nada destructivo, sino en ciencia, paz, progreso. Mi querida Guatemala tiene en sus haberes dos premios de estos uno de Literatura y otro de la paz. Me estoy refiriendo a Alfred Bernhard Nobel, químico, ingeniero, escritor e inventor, famoso principalmente por inventar la dinamita y crear los premios que llevan su nombre, los Premios Nobel.

Dios quiera que haya recibido y confesado al Señor Jesús como su único y suficiente salvador personal y dejado su ateísmo. Pero un hombre sin la dirección y el poder del Espíritu Santo pudo cambiar la historia, pero su historia, cuánto más nosotros los creyentes en Cristo Jesús.

Hay algo que debemos de saber, que no se trata de nosotros sino de Cristo, no es nuestro carácter sino el de él, que es necesario que crezca y que nosotros mengüemos, que es su Nombre, que es su reino, y que que es su voluntad; pero nosotros portamos el nombre, se nos llamó cristiano por primera vez en Antioquía (Hechos 11:26) y de ahí en adelante no han dejado de hacerlo, por reyes de esta tierra (Hechos 26:28) y por los apóstoles (1 Pedro 4:26) y al portar el buen Nombre de nuestro Señor debemos de hacerlo con tal dignidad, de tal manera que aportemos gloria a su nombre y no vituperio, debemos de hacerlo con tal dignidad.

No es una motivación a procurar ser ilustres conforme al mundo, pero si a andar en este mundo de manera ilustre, como cristianos, que dejemos huellas de cristianos, legados de cristianos entre los impíos y no como un impío más. Eso es hacer historia y dejar buenos legados. Es necesario que el día de hoy crezcamos en la gracia y en el conocimiento de Señor Jesucristo y seguir haciendo historia.

Por cierto, si hoy fuese el día de su muerte, ¿qué se diría de usted? ¿Cómo va a pasar a la historia? ¿Cómo va a ser recordado, por su esposa, caro hermano, o esposo, que cara hermana, sus hijos, sus padres, su congregación, sus vecinos?

¿Caminamos caminante?
Suyo en Cristo Jesús, su hermano y amigo, Erick Solís Girón.