EL BUEN PASTOR Y EL PASTOR ASALARIADO

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NUTRICIÓN ESPIRITUAL

«Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.» -Juan 10:12 

En primer lugar, para comprender mejor la función del pastor en tiempos de Jesús, es útil saber que las ovejas están completamente indefensas y dependen totalmente del pastor. Las ovejas están siempre expuestas al peligro y deben estar siempre bajo la atenta mirada del pastor mientras pastan.

Las paredes de agua que se precipitan por los valles a causa de fuertes lluvias repentinas pueden arrastrarlas, los ladrones pueden robarlas y los lobos pueden atacar al rebaño. David cuenta que, siendo pastor, mató a un león y a un oso cuando defendía el rebaño de su padre (1 Samuel 17:36).

La nieve torrencial en invierno, el polvo enceguecedor y las arenas ardientes en verano, las largas y solitarias horas diarias… todo esto es lo que el pastor soporta pacientemente por el bienestar del rebaño. De hecho, los pastores se veían sometidos con frecuencia a graves peligros, a veces incluso dando la vida por proteger a sus ovejas.

Del mismo modo, Jesús dio Su vida en la cruz como «el Buen Pastor» por los suyos. Aquel que salvaría a los demás, aunque tenía el poder, no eligió salvarse a sí mismo. «El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Mateo 20:28). Mediante Su sacrificio voluntario, el Señor hizo posible la salvación para todos los que acuden a Él con fe. Al proclamar que Él es el Buen Pastor, Jesús habla de «dar» Su vida por Sus ovejas (Juan 10:15, 17-18).

En cuanto a los pastores asalariados, en declaraciones anteriores Jesús comparó a algunos líderes religiosos con ladrones y salteadores, que se aprovechan deliberadamente del rebaño para su propio beneficio (Juan 10:1, 8; leer también Ezequiel 34).

Aquí, Jesús se refiere a quienes sirven al rebaño, en cierto sentido, pero que no están motivados por el amor y la abnegación. Un pastor asalariado, por ejemplo, tiende a huir cuando las ovejas se ven gravemente amenazadas. Ese asalariado solo se interesa por las ovejas mientras se beneficie; cuando servir a las ovejas implica un riesgo personal, las abandona.

Esto describe a quienes se aprovechan deliberadamente de otros mediante el engaño espiritual. Pero también aplica a quienes se aprovechan pasivamente: reclaman autoridad o privilegio espiritual sin el servicio ni el sacrificio que conlleva.

No debemos confundirnos, el único que dio Su vida voluntariamente para rescatarnos de la condenación eterna es Jesucristo; ¡Él es el único y legítimo Buen Pastor! 

El Señor me pastorea,
nada aquí me faltará.
Junto a Él caminaré,
en Su brazo confiaré.
Nada del amor de Dios me apartará.

Saludos cordiales 🙋🏻‍♂

𝐻𝓃𝑜. 𝒪𝓈𝒸𝒶𝓇 𝒪𝒸𝒽𝑜𝒶

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